La bombilla incandescente

Bombilla incandescente
Cuando la electricidad estaba en sus comienzos, un hombre, Thomas Edison, ideó un método para convertirla en algo muy útil: luz. La idea era muy simple: hacer pasar una corriente por un filamento muy delgado. Éste se pondría tan caliente que emitiría luz. Para evitar que se queme lo colocó dentro de una bombilla sin oxígeno. Luego se dio a la tarea de probar con diferentes materiales para el filamento hasta encontrar el más duradero.

Así comenzó una nueva era para la humanidad donde ya no se dependía de la luz del Sol o de velas para la iluminación.

Desventajas


Pero las bombillas no son el medio de iluminación perfecto:
  • Se queman con facilidad: a pesar de los avances a la hora de buscar filamentos más resistentes el tiempo de vida de éstos está limitado.
  • Generan calor: dado que necesitan calentarse a temperaturas muy altas para funcionar, las bombillas generan calor y pueden quemar al que las toque y, en el peor de los casos, provocar incendios.
  • Desperdician mucha energía: solo una pequeña parte de la electricidad que reciben se transforma en luz, el resto se disipa en forma de calor generando perdidas millonarias en grandes ciudades.

El futuro


Cada vez está más claro que el futuro de la iluminación no pasa por la bombillas incandescentes. Desde un buen tiempo ya los tubos fluorescentes son una excelente alternativa pues apenas consumen el 10 % de lo que consume una bombilla.

Pero hay otra tecnología que viene pisando fuerte: el led. Su consumo es bajísimo (1 % de lo que consumen las bombillas), duran mucho tiempo y su precio está bajando cada vez más.

Fuente | Imagen: Nemo - Pixabay.

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